"El narcotráfico no está solo involucrado en parte del Servicio Penitenciario, ha penetrado en la política", dijo Vidal en conferencia de prensa reproducida por varios medios locales.
La fuga es resultado de que el Gobierno provincial ha enviado un mensaje de lucha contra la corrupción y el narcotráfico, según Vidal.
Las autoridades nacionales pidieron este lunes la captura internacional de los fugados, Martín Lanatta, su hermano Cristian y Víctor Schillaci, quienes fueron condenados a prisión perpetua por los asesinatos en 2008 de los empresarios farmacéuticos Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, supuestamente vinculados al tráfico ilegal de efedrina entre Argentina y México.
Además, el Gobierno ofrece una recompensa equivalente a 154.000 dólares para quien ofrezca datos sobre su paradero.
La gobernadora Vidal sostuvo que existió connivencia de funcionarios del Servicio Penitenciario Bonaerense, cuya cúpula removió este lunes, y anunció que habrá denuncias penales contra todos los que hayan ayudado a escapar a los presos.
Los tres hombres huyeron cerca de las 2.30 de la madrugada del domingo, luego de reducir a tres guardias y retirarse del penal en el automóvil de uno de los guardias, a quien llevaron de rehén y abandonaron con el vehículo poco después, reseñó el diario La Nación.
Vivos o muertos
Los hermanos de Schillaci, uno de los fugados, dijeron a la prensa local que es probable que Víctor aparezca muerto.
"Yo no sé nada de mi hermano; no sé si fue una fuga o si los sacaron… adentro del penal no los podían asesinar; ellos van a aparecer muertos", dijo Franco Schillaci al canal C5N.
También Daniel, otro de los hermanos Schillaci, dijo creer que su hermano puede ser asesinado fuera de prisión.
"Pienso que mi hermano va a aparecer muerto", señaló, de acuerdo al diario La Nación.
Franco Schillaci, quien visitaba frecuentemente a su hermano en el penal de General Alvear (219 kilómetros al suroeste de la capital), agregó que detrás de la fuga está Aníbal Fernández, exjefe de Gabinete de la expresidenta Cristina Fernández, ya que Martín Lanatta "declaró contra él".
Lanatta acusó en agosto a Fernández, entonces candidato del Frente para la Victoria a la gobernación de Buenos Aires, de haberse apropiado del tráfico de efedrina en una entrevista concedida a un programa de TV desde la misma prisión.
Fernández, por su parte, responsabilizó al gobierno provincial y exigió que los fugados reaparezcan con vida.
"Más vale que los capturen vivos y vuelvan a la cárcel porque si no los responsables serán Vidal y su ministro de Seguridad (Cristian) Ritondo", escribió el exjefe de Gabinete en su cuenta de Twitter.
Más vale que los capturen vivos y vuelvan a la cárcel porque sino los responsables serán Vidal y su ministro de seguridad, Ritondo.
— Aníbal Fernández (@FernandezAnibal) 28 декабря 2015
Los hermanos Lanatta habían intentado fugarse en 2013, cuando estuvieron alojados en la cárcel de Sierra Chica, también en la provincia de Buenos Aires.
La venta de efedrina fue legal en Argentina hasta 2008, pero requería autorización de una oficina del Estado y solo se podía vender en droguerías.
Según una investigación judicial, entre 1999 y 2010 se importaron 55.900 kilogramos de efedrina, cuando las necesidades de la industria farmacéutica local no superaban los 156 kilogramos por año.
El negocio consistía en enviar la droga de contrabando a México, que había prohibido su importación.
La efedrina, un alcaloide medicinal que se utiliza en medicamentos antigripales y colirios, es también un precursor de drogas sintéticas.
