Messi jugaba en las divisiones inferiores del equipo Newell's en Rosario, pero medía apenas 1,27 metros y le diagnosticaron una afección hormonal que le impedía crecer con normalidad.
Sus padres, convencidos de su talento, lo trajeron a River, para ver si el equipo lo contrataba y pagaba su tratamiento.
Federico Vairo, que reclutaba jugadores del interior para River, recuerda en canchallena.com: "Yo iba a buscar chicos y hay muchos en Rosario. Un amigo me trajo a Messi, lo vi chiquitito. El padre me dijo que le gustaría que lo viera. Iba a cumplir 13 años y tenía pruebas de los de 16”, dijo Vairo, que quedó maravillado. "A los 10 minutos, lo llamé. Él (por Messi) pensó que lo iba a retar porque gambeteaba a todos, pero le dije 'no le des la pelota a nadie y si me ves a mí en el camino, también me tenés que gambetear'".
Durante cuatro días, la Pulga se entrenó en River. "Decidimos que había que ficharlo. Era muy habilidoso, nos impactó, pese a su físico pequeño", completa Vairo, pero en el club no quisieron pagar los 900 dólares mensuales del tratamiento de crecimiento. “Yo les insistí y me dijeron que en River se probaba tanta gente que si perdíamos a ese chico no iba a haber problemas”, recuerda Vairo.
Entonces Jorge Messi, exempleado de una metalúrgica, en plena crisis económica de la Argentina en el año 2000, se subió a un avión y llevó a su hijo a Barcelona, para buscar otros horizontes. Carles Rexach, responsable de las divisiones menores de Barcelona, tardó un minuto en hablar con los administrativos del club para incorporar a ese pequeño crack, y el club aceptó costear el tratamiento hormonal.
Ahora, Messi enfrentará por primera vez al River que no lo quiso. El espectáculo promete ser una fiesta del fútbol. Tanto la venta de entradas por la web de la FIFA y los datos brindados por operadores turísticos revelan que River Plate será el equipo que más hinchas haya llevado en la historia a un Mundial de Clubes o a una Copa Intercontinental. Se estima que 16.000 simpatizantes llegarán no solo desde la Argentina sino desde otros países. En comparación, desde España solo viajarán 1500 aficionados.
Uno de los que estarán allí alentando a su club es Vicente Zuccala, un joven no vidente que viajó hasta Japón sin pensar que se iba a hacer famoso por la repercusión de su viaje en las redes sociales. Zuccala subió una foto en el aeropuerto antes de subir al avión. Fue tal la emoción que despertó, que al llegar a Japón, los dirigentes de River Plate lo llevaron a conocer al plantel.
"Sabía que tenía que estar acá, solo o como sea. Fui sacando el pasaje y ahorrando mucho. Juego en (el equipo de fútbol para ciegos) los Murciélagos. Con la beca no me compré nada en estos siete meses y pude venir acá, comprarme la entrada, pagarme el alojamiento… Acá me estaban esperando amigos de la cancha. Ellos me ayudaron mucho a conseguir entradas".
"Estoy orgullosísimo de venir solo y hacerlo por mi cuenta. Mostrás que sos ciego pero podes estar en independencia. De ahora en más puedo ir tranquilamente a cualquier lado, ya me fui al lugar más lejos del mundo".
Zuccala termina optimista: "Somos River y este equipo se le planta a cualquiera. La vuelta la damos el domingo".
