"Estoy convencida de que la gente va a defender cada uno de los derechos adquiridos durante esta década, más allá de marchas y contramarchas de la historia en la región", dijo Fernández poco después de descubrir un busto de su fallecido esposo, el expresidente Néstor Kirchner (2003-2007).
En el acto, al que asistió el presidente de Bolivia, Evo Morales, la mandataria sostuvo que "la historia no es una línea recta, sino que ondula y va en distintas direcciones, y a veces pareciera retroceder".
Este fue el último día del mandato de Fernández, que gobierna desde 2007; el jueves asumirá el centroderechista Mauricio Macri, quien ganó las elecciones presidenciales de noviembre.
"En la historia de los últimos 200 años de los pueblos está vibrante la lucha de la emancipación", añadió la mandataria saliente.
Cristina Fernández se refirió también, sin nombrarlo, al cambio político que se está viviendo asimismo en Venezuela, donde la oposición al Gobierno de Nicolás Maduro obtuvo el control del parlamento en los comicios del domingo.
En la región "hay una agenda que no es nacional, sino que se ha escrito para la región desde afuera y que pivotea sobre los ejes de la hegemonía mediática, para pelear el sentido cultural, y de lo que yo llamo el partido judicial", agregó Fernández.
Además, la presidenta advirtió al Gobierno entrante sobre el peligro de conducir al país a alineamientos extraños y ajenos a su idiosincrasia.
"A los que vienen les digo que piensen y que cuiden al país y a los argentinos, porque no hay lugar seguro en el mundo", dijo Fernández en un acto en la Casa Rosada, sede del Gobierno. "Hay que anteponer primero los intereses del país por sobre todo alineamiento extraño", añadió.
La mandataria hizo una reflexión sobre el momento que viven América Latina y el mundo y apuntó a la necesidad de "comprender el momento histórico, regional y global, con realineamientos impensados apenas dos años atrás".
Fernández se refirió a los atentados terroristas del 13 de noviembre en París, "que sacuden nuestra condición humana".
"Mi generación abrevó en el Mayo francés, el de la imaginación al poder, el de las barricadas en París", pero que eran "apenas palabras y algunas piedras", dijo la mandataria.
Pero un día despertamos ante un "noviembre francés" en el que el enfrentamiento ya no es por la libertad y la imaginación, ni por los estudiantes y los obreros, mencionó la presidenta.
El enfrentamiento es ahora "por cosas más incomprensibles para nosotros, el odio desde la religión y los fundamentalismos", con "ciudadanos del mismo país que son capaces de producir masacres entre sus propios compatriotas", dijo.
Fernández recordó las palabras del papa Francisco, quien ha señalado que el terrorismo es también producto de la exclusión social.
La presidenta convocó a "pensar juntos" cómo "nuestros países pueden seguir creciendo e incorporando ciudadanos y, sin dejar de integrarnos a ese mundo multipolar, no importar conflictos que no tienen nada que ver con nuestra realidad y nuestra idiosincrasia".
A la medianoche de este miércoles concluye el mandato de Fernández quien, tras una amarga pelea con Macri, decidió que no asistirá a las ceremonias de investidura del jueves.
