"Condenamos rotundamente las actividades ilícitas de las autoridades turcas", informaron en la institución, resaltando que "esta actitud hacia los periodistas es completamente inaceptable".
El Ministerio supuso que "Ankara se asustó al descubrir los corresponsales de la cadena Rossiya 1 hechos incómodos sobre las actividades ilegales en la frontera turco-siria".
"Este caso es ejemplar entre una serie de violaciones de derechos de los medios locales y extranjeros en Turquía", resaltó e informó que las organizaciones internacionales, incluyendo la OSCE, han enfatizado tales casos ante la comunidad internacional.
El portal Vesti.ru comunicó a su vez que los periodistas fueron deportados por "violar las reglas para los medios extranjeros en la república turca", tal y como afirmó la policía local.
"Turquía deportó al equipo de Alexandr Buzaladze del canal Rossiya 1; Ankara se negó a dar explicaciones de lo ocurrido a los empleados de la Embajada rusa; los periodistas fueron detenidos en la provincia turca de Hatay, fronteriza con Siria; la detención se efectuó cuando se dirigían a la provincia cercana de Gaziantep", dice el comunicado.
La nota señala que la detención de los periodistas rusos fue realizada por unos desconocidos vestidos de paisano y "que rehusaron acreditarse y presentar sus papeles; la detención se realizó el 7 de diciembre de 2015".
Las relaciones entre Rusia y Turquía se deterioraron después de que un caza turco derribara el 24 de noviembre en territorio sirio un bombardero ruso que retornaba a su base tras bombardear objetivos terroristas.
El ataque se saldó con la muerte de uno de los dos pilotos.
En respuesta, Moscú impuso una serie de restricciones económicas a Ankara.