"Esta labor de investigación consistió en recolectar información con las comunidades afectadas para hallar datos claves del accionar paramilitar en la zona. Los datos hallados fueron cruzados con información suministrada por paramilitares y organismos estatales como la Fiscalía para crear mapas que permitieron 'georeferenciar' acciones paramilitares y que determinaron la eficacia de esta herramienta en otras regiones colombianas", dijo Diana Arango, directora de la organización Equitas.
Según las estadísticas oficiales, hay 45.646 desaparecidos en el país a causa del conflicto, pero otras fuentes relacionadas con organismos de derechos humanos elevan la cifra a unas 122.000 personas.
El desarrollo del proyecto tomó cuatro años de trabajo en los municipios de Recetor y Chámeza (Casanare, oriente de Colombia), en los que fue reportada la desaparición de 150 personas por parte de los paramilitares.
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El sistema, conocido como MESP (Modelamiento Espacial Estadístico Predictivo), funciona como un radar que incorpora la cartografía existente del país; esto posibilita reunir una serie de datos que después se convierten en variables y permiten crear un mapa de calor que señala dónde se debe buscar a las víctimas.
Reuniones con sobrevivientes
Para hallar a las víctimas, el equipo de Equitas se reunió varias veces con los sobrevivientes de las masacres paramilitares en Casanare que ayudaron a conocer los hábitos de los insurgentes, dónde dormían y cuáles eran las rutas que frecuentaban.
Posteriormente, el equipo ahondó en las investigaciones de la Fiscalía sobre delitos denunciados, consiguió mapas de las zonas y comparó los lugares de los crímenes con las versiones de los familiares.
La información recopilada se ajustó luego a un algoritmo matemático desarrollado por el arqueólogo Derek Congram en la Universidad Simon Fraser (Canadá) para buscar las fosas de la posguerra civil española, y se adaptó el modelo al entorno colombiano.
"Vimos el modelo de Congram y pensamos que si se podía aplicar para la Guerra Civil Española, muy probablemente también se podía usar para hallar a personas desaparecidas en Colombia. Así que tomamos la idea general y buscamos un grupo de abogados, antropólogos forenses, geógrafos y biólogos estadísticos para poder generar un proyecto de cómo podríamos encontrar fosas clandestinas usando una probabilidad matemática, y de ahí surge el MESP", precisa Diana Arango a esta agencia.
Tras unificar la información, el resultado fue un mapa final que refleja con cruces negras "enterramientos clandestinos" cerca de vías, lo cual permitió documentar 49 casos de desaparición forzada, mientras que el Estado señaló durante años que sólo se trataba de 21.
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A juicio de Arango, la implementación de esta herramienta para la búsqueda de los desaparecidos en el marco del proceso de paz actual con la guerrilla de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) depende de la voluntad política de la Fiscalía para incorporar modelos diferentes y novedosos que no sólo se basan en el testimonio del perpetrador, "que es como usualmente se busca a los desaparecidos en Colombia".
Tres siglos o 50 años
"En diez años la Fiscalía ha podido encontrar solo 833 personas víctimas de desaparición forzada. Si seguimos a este ritmo y si tenemos en cuentas que las víctimas de desaparición forzada registradas son 45.646 demoraríamos alrededor de 300 ó 400 años para encontrarlas", destaca Arango.
En materia de costos, desde la fase de documentación hasta la modelamiento del MESP se invirtieron solamente 150 millones de pesos (unos 50.000 dólares), "lo que resulta muy económico frente a otros modelos implementados por el Estado que han tenido poca o ninguna efectividad".
El pasado 18 de octubre el Gobierno y las FARC decidieron crear una unidad especial que coordinará la búsqueda de los desaparecidos en Colombia, para lo cual se contará con la experiencia del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
