El escritor aporta información que podría implicar a los autores materiales e intelectuales de la masacre, que está siendo investigada más de 25 años después por la Justicia de España y de Estados Unidos.
Entre el centenar de intelectuales se encuentran el poeta Luis García Montero, la escritora Almudena Grandes, los cantaautores Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina.
Galán (1973) ha tenido que abandonar su país tras las amenazas que padece desde finales octubre y ha solicitado asilo político en España, país del que eran originarios cinco de los asesinados.
Los intelectuales recuerdan en su manifiesto que los hechos explicados en la novela "quedaron impunes".
"La literatura ha reaccionado una vez más contra el olvido que imponen los criminales para esconder sus actos", afirman.
"La memoria y la cultura tienen como compromiso fundamental oponerse a la impunidad y denunciar las injusticia".
Por ello "nos solidarizamos con el escritor Jorge Galán y pedimos a las autoridades de El Salvador y de la comunidad internacional que aseguren su integridad, que tomen conciencia de la gravedad de los hechos que narra su novela y que propicien tanto el conocimiento de la verdad como la justicia y reparación que merecen las víctimas".
También han firmado el documento Jorge Volpi (México), María Dueñas (España), Sergio Ramírez (Nicaragua), Miguel Ríos (España), Piedad Bonnett (Colombia) o Juan Villoro (México).
El pasado mayo, el Tribunal Supremo ratificó que España tiene competencia para seguir investigando el asesinato del jesuita vasco Ignacio Ellacuría y otros cinco compañeros en El Salvador.
Según el auto, los motivos establecidos por el Supremo para continuar con la causa es la nacionalidad española de alguna de las víctimas, como es el caso del propio Ellacuría, y los "indicios suficientes" de que el proceso que se llevó a cabo en El Salvador no garantizó el castigo de sus responsables.
"El proceso penal seguido en El Salvador no pretendió realmente que los responsables de los hechos fueran castigados, sino, más bien, su sustracción a la justicia, todo ello acompañado de la ausencia de las garantías necesarias de independencia e imparcialidad", asegura la sentencia.
Los hechos se produjeron en noviembre de 1989 en la Universidad Centroamericana salvadoreña, cuando unos militares asesinaron al conocido teólogo Ellacuría, a otros cinco jesuitas, a una empleada de hogar y a su hija. Las imágenes de lo ocurrido dieron la vuelta al mundo y fue un caso que produjo un fuerte impacto en España.