"Sin duda, el deporte mundial perderá mucho si se priva de la posibilidad de ver a los atletas rusos en Río el verano que viene", opinó Shoughi.
Recordó que "el escándalo de dopaje en el atletismo ruso no empezó hoy: en verano los medios de comunicación alemanes e ingleses publicaron informes de que los resultados de pruebas de dopaje de 12 de los atletas rusos fueron positivos".
Sin embargo, continuó, "después fue probado lo contrario" y se dio a conocer que los primeros resultados "fueron falsificados", que "no es un problema de Rusia, sino de las instituciones internacionales de antidopaje".
"Incluso el mismo jefe de la comisión independiente de la WADA calificó lo sucedido de una catástrofe para la organización", comentó.
"Y esto es cerca de 150 medallas, entre las cuales 50 son de oro", subrayó el experto agregando que luego "se aclaró que los pasaportes biológicos de más de 700 deportistas fueron falsificados".
Añadió que según el escándalo en torno a la Federación rusa de atletismo "los análisis de dopaje de un 80 por ciento de los campeones rusos supuestamente son dudosos; aunque los resultados de los análisis de los deportistas de los países africanos también se encontraron a la vista de los inspectores de la WADA".
De este modo, continuó Shoughi, "se saca una conclusión ambigua de que en las condiciones de una competencia los deportistas se vieron obligados a hacerlo o de que esto (el escándalo) fue hecho intencionadamente para denigrar y poner en entredicho los logros y méritos destacados de los deportistas rusos al quitarles el derecho de participar en las grandes competiciones futuras".
"Se informó que de dos de ellos se sospecha que hayan usado fármacos vetados e, incluso, estupefacientes", dijo añadiendo que en Kazajistán también fueron descalificados halteras iraníes.
El experto subrayó que "el problema del dopaje no es de algún país, por ejemplo Irán, es un problema global del deporte".
"Criar a un campeón demanda inversiones colosales tanto físicas, psicológicas, como financieras", indicó.
Y por eso, explicó, "el deporte profesional es siempre una competencia rígida y la conquista de medalla es un triunfo que a menudo sale del margen de deporte por su resonancia pública".
"Por ejemplo, los deportistas rusos, además de su carrera deportiva, son muy activos social y políticamente", comentó añadiendo que "muchos de ellos son políticos, diputados de la Duma (el Parlamento ruso)".
A juicio de Shoughi, "esto siempre está acompañado por la gran atención del público a sus aspectos materiales, públicas y sociales de su vida".
"El aspecto político también puede ser un motivo para desatar un escándalo de dopaje artificial en torno a los deportistas y campeones", opinó.