La votación transcurrió en un ambiente tranquilo en la ex capital del país, Rangún, los electores seguían haciendo colas en el momento del cierre de algunos colegios, por no haber logrado entrar en horas previstas.
Según medios locales, ese mismo cuadro se ha podido observar también en otras regiones del país, en que más del 66 por ciento de la población vive en el campo.
Estas elecciones, las segundas después de efectuarse el traspaso del poder de los militares a un Gobierno civil, se perciben por muchos como las primeras auténticamente democráticas en los 53 años transcurridos desde el golpe militar dado en 1962.
Las elecciones celebradas hoy no son presidenciales propiamente dicho, porque es el Parlamento que elige al presidente en Myanmar, pero el partido que reúna el mayor número de votos garantizará la victoria a su candidato a la presidencia.
La lucha principal durante la campaña electoral se desarrolló entre el gobernante Partido para la Unión, Solidaridad y Desarrollo (PUSD), en cuyas filas hay muchos militares activos y retirados, y la Liga Nacional por la Democracia (LND), el principal partido opositor del país, encabezado por Aung San Suu Kyi, el Premio Nobel, que hasta hoy día estaba en minoría en el Legislativo.
Los adeptos de la LND creen que su probabilidad de ganar es casi del 100 por ciento.
