De acuerdo con el diario The Guardian, los emigrantes prendieron fuego a sus tiendas de campaña y algunos intentaron saltar la valla metálica en desesperados intentos por llamar la atención sobre su precaria situación.
El rotativo británico ha tenido acceso a vídeos con imágenes y testimonios grabados de menores y adultos suplicando por su "liberación" de la base de Dhekelia, en el sureste de la isla.
Un varón intentó al parecer suicidarse en frente de sus colegas y de los guardas de seguridad, según se aprecia en secuencias colgadas en su edición digital.
La mayoría huía de la guerra en Siria y el resto se han identificado de origen palestino y libanés.
Entre el grupo hay 28 menores, que se quejan del frío y de no tener permiso para "salir de las tiendas de campaña".
Los refugiados llegaron a la base militar el pasado 21 de octubre, pero su situación es todavía motivo de controversia.
La obligación de tramitar sus casos técnicamente recae en Reino Unido –ambas bases se consideran territorio soberano británico– pero un acuerdo alcanzado con Chipre en 2003 cedió a las autoridades de la isla la responsabilidad sobre solicitantes de asilo.