Nuestro corresponsal, Luis Rivas, señala que en Turquía se ha acusado al régimen de Erdogan de instigar los recientes atentados. Asimismo, el funcionario ha machacado a la prensa que no está de su parte, al tomar medidas muy graves en su contra.
De hecho, 4 días antes de las elecciones, la policía turca ocupó dos canales de televisión en Estambul que mantienen una línea editorial contraria a las políticas del presidente Erdogan, por lo que se lo acusa de tener al poder legislativo y judicial a sus órdenes.
Por otra parte, Erdogan controla un grifo que le da mucho poder: el de los refugiados. Por ello, y con la finalidad que el presidente turco frene su flujo hacia Europa, la canciller alemana Angela Merkel le ha prometido un desembolso de miles de millones de euros, y acelerar el proceso de inserción de Turquía en el bloque.
El peón que puede blandir la espada de los intereses de Estados Unidos y la OTAN en la región, se alzó con una clara victoria, amparado en la política del miedo y en algo que se puede denominar chantaje, según Luis Rivas.