Corbyn se opone al proyecto de renovación de la flota de submarinos con misiles Trident y sostiene que el debate en Escocia sobre la polémica cuestión "puede ser un estímulo para mucha gente en el resto de Reino Unido".
La nueva flota se construirá en la base de BAE en Barrow, condado inglés fronterizo con Escocia, cuyo diputado, el laborista John Woodcock, es uno de los mayores defensores del proyecto
El pasado septiembre, el partido negó al recién nombrado líder la oportunidad de debatir y votar sobre los Trident en el congreso anual de Brighton.
Sin embargo, sus correligionarios prefieren esquivar la cuestión por miedo a extender la imagen de un partido dividido, que están aprovechando sus rivales políticos.
Los independentistas del SNP rechazan renovar los submarinos nucleares, cuyo presupuesto se estima en 176.000 millones de libras, incluidos gastos de mantenimiento, según las últimas proyecciones publicadas.
Entre las recetas de rehabilitación se está cediendo más autonomía al partido en Escocia, marcando la distancia con la dirección en Londres, y el desarme unilateral nuclear se percibe como la primera prueba de fuego sobre la capacidad de mando de Dugdale, quien fue elegida pocas semanas antes que Corbyn.
Ambos líderes tienen la ardua tarea de dar un vuelco en los sondeos de opinión a tiempo de las autonómicas en mayo de 2016.
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Las encuestas apuntan de momento a una nueva mayoría absoluta del SNP e incluso a la posibilidad de que los tories destronen a laboristas de la segunda posición en el reparto de escaños en Edimburgo.