"No nos gusta nada, pero a Nixon no le gustaba Mao y se entendieron, Reagan se entendió con los líderes soviéticos. Se hace la paz y se negocia con los enemigos", dijo el canciller español en rueda de prensa en Madrid con el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon.
El canciller reiteró también su propuesta, lanzada la semana pasada ante el consejo de seguridad de la ONU, de convocar una segunda conferencia de paz sobre Oriente Medio en Madrid como la que se celebró hace 25 años en la capital española tras la Guerra del Golfo con el objetivo de lograr un acuerdo entre israelíes y palestinos.
"Hace veinticinco años en Madrid, se celebró una conferencia que reunió a los israelíes y los palestinos. Es necesario convocar una nueva conferencia para relanzar el proceso de paz" insistió el responsable de la diplomacia española.
La Conferencia no alcanzó los resultados deseados, pero poco después empezaron las negociaciones secretas entre israelíes y palestinos que llevaron a la firma de los primeros acuerdos en Oslo.
El ministro admitió que incluir a Asad en la transición política "no es una idea compartida por todos los países de la Unión Europea", pero dijo estar convencido de que "antes había muchos infieles y ahora hay muchos creyentes".
"No hagamos de Asad un prerrequisito político porque si no, la guerra durará otros tres o cuatro años más", insistió.
El canciller puso como ejemplo la transición española de la dictadura a la democracia en los años setenta que permitió "la reconciliación nacional" y la creación de nuevos partidos políticos.
Ban Ki Moon, por su parte, celebró la cumbre de mañana en Viena entre Estados Unidos, Rusia, Irán, Arabia Saudí y Turquía.
Y pidió buscar soluciones que aborden el asunto de Siria con "flexibilidad, independientemente de sus diferencias de enfoque".
"Deberían actuar de forma unida. Si se hace así, no hay nada que no se pueda resolver", dijo Ban que insistió que no hay una "solución militar" para Siria.