En concreto, la llegada de la DEA se habría producido a petición del secretario de Seguridad del estado de Río de Janeiro, José Mariano Beltrame, quien el mes de agosto visitó las instalaciones de la agencia en Estados Unidos y que, según la publicación, habría pedido la colaboración de la DEA en materia de planificación e inteligencia junto a los 85.000 agentes que se encargarán de la seguridad de los Juegos Olímpicos de Río 2016.
Una de las cuestiones que más estaría preocupando al cerebro del programa de Pacificación o Unidades de Policía Pacificadora (UPP), el cual desde su implantación en 2008 arrebató al narcotráfico el control de 264 favelas de la ciudad, sería la presencia de armas de gran calibre entre las facciones de narcotráfico de la ciudad como el rifle Barrett calibre.50 incautado por el Batallón de Operaciones Especiales de la ciudad (BOPE) en agosto.
"Es una arma creada para la guerra ¿Cómo puede ser que esté aquí?", se preguntó Beltrame alarmado por la presencia en los subúrbios de la ciudad de un arma de precisión que fue diseñada para atravesar el blindaje de vehículos pesados y que fue encontrada en manos de los traficantes del Comando Vermelho, la mayor facción del narcotráfico de la ciudad con enormes ramificaciones en Paraguay.
Como ejemplo de la utilidad de la colaboración con la DEA, Beltrame explicó que gracias a las informaciones proporcionadas por los americanos fue posible rastrear el origen del arma hasta un ciudadano norteamericano del estado de Arizona que la obtuvo de manera legal a través de una licencia de armas ordinaria en el año 2006, sin embargo, resulta sospechoso que este declarase no tener idea de cómo el arma pasó de los EE.UU a la mayor facción criminal de Brasil.