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Tribunal de Cuentas de Brasil rechaza las cuentas del Gobierno en 2014

© REUTERS / Adriano MachadoAugusto Nardes, juez
Augusto Nardes, juez - Sputnik Mundo
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El Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) de Brasil decidió por unanimidad en la noche de este miércoles rechazar las cuentas del Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff en 2014 al considerar que existen pruebas suficientes de que el Ejecutivo realizó "maniobras fiscales" con el fin de maquillar las cuentas públicas en el año electoral.

"No hubo un respeto pleno de las leyes y, por tanto, las cuentas no están en condiciones de ser aprobadas", declaró el juez relator del caso, Augusto Nardes, quien durante la presentación de la investigación del TCU explicó que "fue observada una política expansiva de gastos efectuada sin la debida transparencia", lo que, en su opinión, "confrontaron de forma significativa los principios de la Ley de Responsabilidad Fiscal".

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El fallo fue votado por unanimidad de ocho jueces del TCU.

El parecer del TCU tiene un carácter únicamente técnico, aprobando o desaprobando las cuentas del Gobierno, y correspondería al Congreso Nacional de Brasil realizar la valoración de la actuación del Gobierno y votar si este habría incumplido la Ley de Responsabilidad Fiscal que exige el uso correcto de los recursos públicos por parte del Ejecutivo.

De esta manera, el veredicto del TCU abre las puertas para que el Congreso Nacional inicie un proceso que, eventualmente, podría llevar a una moción de censura contra la presidenta Dilma Rousseff, una situación que beneficiaría claramente a los partidos de la oposición y en especial al presidente de la Cámara Baja del Congreso, Eduardo Cunha, quien mantiene en los últimos meses un pulso personal con el Gobierno de Rousseff.

El juicio sobre las supuestas "maniobras fiscales" del Gobierno de Dilma Rousseff se inició ante la sospecha de que el Ejecutivo habría retrasado intencionalmente el pago de los subsidios incluidos en los programas sociales por parte de los bancos públicos, la Caixa Económica Federal y el Banco do Brasil, con el fin de que el enorme gasto no quedase reflejado en el déficit de las cuentas del Gobierno en plena campaña electoral en 2014.

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