"Siria era un país hermoso, tenía muchas iglesias, museos, y era muy barato. Ahora tenemos al EI (Estado Islámico)", relató la joven a Sputnik Nóvosti.
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"Estos grupos matan gente, especialmente cristianos. Cuando llegan a un pueblo con cristianos, los matan con un cuchillo. El Gobierno lucha contra estos grupos terroristas de manera muy fuerte", añadió.
Kabousha, de 29 años, y su marido, George Saaed, de 28, llegaron en enero de este año a La Rioja (noroeste de Argentina) gracias a un primo del joven, Julio Sahad, que los acogió en su casa.
Esta joven siria es farmacéutica y su marido es ingeniero industrial. Cuando supieron que Julio les daba la bienvenida, Kabousha vendió todo lo que poseía, su casa y su farmacia, a un precio irrisorio. La guerra que devasta a su país desde 2011 no le permitía otra salida.
Tema: Guerra en Siria
La familia de Kabousha todavía permanece atrapada en Damasco. Sus padres no quieren irse del país porque tienen otro hijo, médico, que debe cumplir el servicio militar.
"Estoy muy preocupada por las cosas que ha tenido que vivir mi hermano y por lo que está viendo. Pero no puede irse todavía porque tiene que cumplir cinco años de servicio militar. Él es médico, no quiero que mate ni que lo asesinen", lamenta Kabousha.
"Nosotros queremos vivir en paz. Mi marido y yo estamos yendo a un instituto aquí para aprender español y luego queremos encontrar un trabajo. Queremos una nueva vida", añade.
La joven partió de Siria cuando estaba embarazada. Al mes de llegar a Argentina dio a luz. Llamó a su hija Marisa, el nombre de la mujer de Julio. Su hermano, atrapado en Siria, también es padre de dos niños, pero no puede marcharse porque sería un desertor.
Mejor suerte corrieron la madre y el hermano de su esposo, George Saaed, que están en el Líbano y posiblemente puedan venir a Argentina.
"Todo es gracias a Julio y a Marisa, que han luchado mucho para traernos. Vivimos en su casa y nos han dado todo para vivir aquí. Quiero que conste eso", insiste.
El Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner aprobó en octubre de 2014 el Programa Siria, que permite acoger a refugiados sirios por un plazo de dos años.
El programa está destinado a personas de nacionalidad siria, a sus familiares y a personas de nacionalidad palestina que hubieran residido en Siria y recibido asistencia de las Naciones Unidas.
Pero todos esos beneficiaros necesitan a un "llamante", algún conocido o familiar en Argentina que responda por ellos y les provea alojamiento y sustento.
Más de 100 personas accedieron al Programa desde que entró en vigor, según la Dirección Nacional de Migraciones.
Aunque la iniciativa caduca el próximo mes, el organismo indicó que será prorrogada.
