"Aunque debemos estar preparados ante la eventualidad de un armagedón cibernético que desestabilice toda la infraestructura de EEUU, no creemos que eso sea lo más probable", dijo Clapper en una comparecencia ante el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes de EEUU.
En lugar de esto, los servicios de inteligencia tienen como mayor preocupación "los ciberataques de nivel (de complejidad) bajo a moderado", explicó Clapper.
Añadió que esos ataques de bajo nivel continuarán "y probablemente aumentarán".
Al hablas sobre ciberataques chinos, indicó que "el ciberespionaje chino continúa teniendo como blanco una amplia gama de intereses estadounidenses que van desde información de seguridad nacional a datos económicos o propiedad intelectual".
Clapper dijo que para enfrentar el desafío, EEUU debe mejorar su seguridad cibernética e imponer costos y riesgos a China si persiste en sus actividades de ciberespionaje.
En los últimos años, EEUU ha denunciado ser blanco de ataques tanto contra su sector privado como entidades federales. En abril, el Gobierno de EEUU experimentó uno de los mayores robos de datos, cuando tras un ataque fueron comprometidos los datos personales de más de 21 millones de funcionarios federales.
Los funcionarios de los servicios de inteligencia en general se enfocan en actores estatales, como China, Rusia, Irán o Corea del Norte, como posibles autores de estos ataques.