No es la primera vez que, ante una grave crisis, surgen candidatos que vienen del espectáculo, el teatro o la televisión, y que se presentan como la “antipolítica” y la “anticorrupción”, para tocar las cuerdas más sensibles de los votantes, apelando al hastío con los casos de corrupción.
“En gran medida es un fenómeno vinculado a que la política se hace cada vez más en los medios. Morales, es ante todo un comediante de televisión y los votantes lo conocen por eso. Lo lógico sería que en Guatemala, un líder indigenista ganara la elección, al ser el país de América Central con más población indigena. Pero hoy en día, los indígenas también ven televisión. Creo que en eso está la clave”, señaló a Sputnik el analista Rosendo Fraga, del Centro para la Nueva Mayoría en Buenos Aires.
En Brasil, en las elecciones de 2012, el payaso “Tiririca” (que en portugués significa gruñón) fue el candidato más votado, con más de un millón de votos, obteniendo un escaño en la Cámara de Diputados por el estado de San Pablo. Francisco Everardo Oliveira, se ganaba la vida haciendo shows en restaurantes y lugares públicos hasta que llegó a la televisión con el “Show do Tom”. Cuando le preguntaban qué hacía un diputado federal, contestaba: “La verdad, no tengo ni idea, pero vote por mí y se lo cuento". El lema de su campaña era "Vote Tiririca, pior do que está não fica" ("Vote a Tiririca, peor no va a estar”).
En Argentina, el cómico Miguel del Sel, del conocido grupo Midachi, que hace chistes groseros y replica en los escenarios políticos su estilo de comediante, estuvo este año a punto de lograr la gobernación de la provincia de Santa Fe por el partido Propuesta Republicana (PRO) que lidera Mauricio Macri.
En Colombia, Regina 11, una adivinadora, líder del Movimiento Unitario Metapolítico, fue concejal de Bogotá en 1982 y senadora entre 1991 y 1995. Regina salía en televisión con una escoba para limpiar la corrupción, pero terminó siendo procesada por exigir dinero a los que trabajaban con ella.