"No podemos volver atrás, no podemos perder lo que ya conquistamos. El programa Minha Casa Minha Vida no se perderá, es el firme compromiso del gobierno", explicó Rousseff ante los presentes a la vez que pidió "fe" a las familias que peor lo están pasando con la crisis económica para "salir de la situación lo más rápido posible".
En total, 8.000 personas con rentas familiares por debajo de los 1.600 reales mensuales (unos 421 dólares) se beneficiarán de unas viviendas que supusieron un desembolso de 91,3 millones de reales (24 millones de dólares) provenientes de los fondos destinados al programa social más exitoso del gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) y que ha proporcionado vivienda digna a 9,2 millones de brasileños.
Sin embargo, tras 270.000 millones de reales invertidos en el programa desde su creación en 2009, el objetivo del gobierno de Rousseff es lanzar el próximo 10 de septiembre la tercera fase del "Minha Vida Minha Casa" que entregará otros 3 millones de viviendas hasta 2018, año en el que concluirá el segundo mandato de la presidenta y el cuarto mandato consecutivo del gobierno del PT en Brasil.
Paralelamente, y en cumplimiento con algunas de las promesas lanzadas por la presidenta en la última elección presidencial, el pasado mes de marzo Rousseff reiteró la continuidad del programa "Minha Casa Melhor", por el cual los beneficiarios de las viviendas sociales recibirán créditos de hasta 1.700 dólares para la compra de electrodomésticos y muebles de primera necesidad.
"Quiero deciros que un Gobierno siempre debe escoger, especialmente cuando se trata de pagar esto o aquello. Nosotros escogimos gastar en que las familias que más lo necesitan tengan su propia casa", concluyó la presidenta quien momentos antes reconoció que el gobierno había ahorrado "todo lo que podía ahorrar" en los presupuestos de 2016 que aun así tendrán un déficit de 8.180 millones de dólares.
El indudable compromiso del gobierno de Rousseff con los programas sociales, que redujeron la pobreza en 22 millones de personas desde la llegada al poder del PT en 2003, resulta fundamental para millones de familias de baja renta en un momento en el que la presidenta ha reconocido que sus temidos ajustes en 2015 no han resultado suficientes para superar el déficit de 10.758 millones de dólares de 2014 y acabar el año en cifras positivas.
