Después de reunirse con la presidenta Dilma Rousseff, Barbosa ha asegurado que aún no se han definido los ministerios que deben desaparecer: "Necesitamos escuchar a todos, aún no hemos elegido ninguno para que sea suprimido", ha dicho.
Además del recorte de ministerios el plan de ahorro también incluye reducir estructuras internas, eliminado algunas secretarías, así como la venta de terrenos del Estado.
También se verán afectados por los recortes los trabajadores del Estado que no han opositado para sus cargos y que actualmente ascienden a 22.000, de los cuales el 74% son funcionarios públicos y el resto contratados.
El recorte de ministerios era una antigua demanda de la oposición, y los ministros más próximos a la presidenta ya habían declarado con anterioridad que Rousseff no era contraria a la medida, sino que esperaba el mejor momento para llevarla a cabo.
El ministro de las Ciudades, Gilberto Kassab, ha asegurado este martes que el momento ha llegado: "Es una cuestión de sincronización, ella siempre ha estado de acuerdo, si no estaría proponiendo lo que está proponiendo ahora", ha dicho.
Pese a que ahora se muestra favorable Rousseff fue radicalmente contraria a reducir ministerios durante la pasada campaña electoral, y llego a acusar a su rival, el candidato Aécio Neves (Partido de la Social Democracia Brasileña, PSDB), de "ceguera tecnocrática" por insistir en esta idea.
En algunas ocasiones se ha especulado con la idea de eliminar secretarías y ministerios como el de Igualdad Racial, Derechos Humanos, Micro y Pequeña Empresa, Aviación Civil e incluso el ministerio de los Deportes, aunque esta última opción parece más improbable por la cercanía de los Juegos Olímpicos de Río 2016.
