Héctor Amodio Pérez, entonces uno de los principales dirigentes tupamaros, fue detenido en febrero de 1972 y estuvo en manos de los militares durante 20 meses.
En ese período, el MLN se desmoronó bajo los golpes de la represión.
Según su versión, él "ordenaba unos papeles" con datos sobre los Tupamaros por órdenes de los militares, a cambio de dos pasajes para España y dos pasaportes con otra identidad.
Luego desapareció de Uruguay en 1973 junto con su compañera, Alicia Rey, para vivir más de cuarenta años de incógnito en España.
Desde que cruzó la frontera con Brasil con un pasaporte a nombre de Walter Salvador Correa Barboza, brindado por los militares, el país vivió 12 años de dictadura.
Miles de sus compañeros pasaron por las cárceles y sufrieron torturas, y nueve dirigentes tupamaros estuvieron presos en las más abyectas condiciones como "rehenes" de los militares.
En 1985 se recuperó la democracia, y, en un cambio de suerte, uno de aquellos rehenes, José Mujica, fue electo presidente en 2010.
Amodio salió del anonimato 40 años después, en 2013, para dar una entrevista, y el seis de agosto volvió al país para presentar su libro "Palabras de Amodio", en el que se justifica, diciendo que él fue "traicionado".
La jugada salió mal, pues lo que iba a ser una estadía de dos días, se transformó en un rendir de cuentas ante la justicia, que le retiró el pasaporte español, y lo ha sometido a interrogatorios y careos con ex tupamaros y ex militares durante toda la semana.
Julio Marenales, que hoy tiene 81 años, uno de los nueve "rehenes" que sufrio 12 años de prisión, tres de ellos en total aislamiento y sin ver el sol, declaró esta semana contra Amodio.
En conversación con Sputnik, recordó el día de julio de 1972, en que fue detenido, marcado por Amodio.
"Yo iba caminando por la calle con una compañera y él iba en un "camello", o vehículo militar, y lo reconocí. Los soldados me dispararon y me hirieron, yo arrojé una granada que no estalló. No habia ninguna duda que era Amodio, no me equivoqué", recuerda.
Pero no menos indigna al antiguo guerrillero la actual actitud de su exdirigente.
"Ahora nos acusa de muchos errores, que seguro cometimos, y dice que por esos errores se pasó a colaborar con el enemigo que torturó gente. ¡Por favor!", exclama.
Para él, "está completamente demostrado que marcó gente, se pasó al enemigo y todavía se atreve a decir que él fue traicionado".
En opinión de Marenales, la vuelta de Amodio fue un operativo político que no funcionó, porque ahora puede quedar detenido.
Amodio pidió que le apliquen la amnistía, pero "a nosotros nos aplicaron la aministía después de 12 años de prisión", recuerda.
"Si colaboró con los torturadores, es cómplice, y sería lógico, desde el punto de vista de la justicia uruguaya, que estuviera preso un ratito más".
No obstante, "hagan lo que quieran, a mi me da lo mismo", sentencia.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK
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