En particular, el jefe del Servicio Federal ruso de Control Veterinario y Fitosanitario, Serguéi Dankvert, se reunió con el embajador de Ecuador con el que habló de aumentar las importaciones de frutas, verduras y mariscos.
Un año después, no obstante, los suministros de estos alimentos desde el país sudamericano registraron una importante caída, de 577.700 a 523.200 toneladas.
Brasil, otro país que se perfilaba en 2014 como gran beneficiario del embargo alimentario ruso contra Occidente, tampoco logró incrementar sus envíos a Rusia.
A pesar de un acuerdo para el suministro de lácteos y los planes de duplicar los suministros de carne de pollo, las importaciones desde Brasil incluso bajaron ligeramente, de 167.700 toneladas entre enero y mayo de 2014 hasta 164.000 toneladas en el mismo período de este año.
Las importaciones alimentarias se contraen en Rusia junto con el resto de las importaciones, indica Vladímir Salamátov.
"Lo más probable es que sea un indicio de que la crisis ha provocado una caída de la demanda interna, sobre todo de artículos importados, cuyos precios han subido a causa de la depreciación del rublo", resume el experto.