Estar en una final y optar a medalla es un criterio más justo, porque el color de la medalla –oro, plata o bronce— se puede decidir en décimas de segunda, ha expresado este miércoles el secretario del Ministerio de Deporte, Ricardo Leyser.
El funcionario ha remarcado que el Ministerio trabaja desde 2010 para que los atletas brasileños se entrenen en "igualdad de condiciones" con sus rivales de otros países para que el año que viene ofrezcan al país un resultado histórico.
Para estar en el 'top ten' Brasil tendría prácticamente que duplicar las 17 medallas que obtuvo en los Juegos de Londres 2012, un récord hasta la fecha que colocó al país en el 14º lugar, por detrás de países como Ucrania, Holanda o Corea del Sur.
A pesar de la magnitud del reto las perspectivas de las autoridades son optimistas, sobre todo teniendo en cuenta la cosecha de los Juegos Panamericanos celebrados en Toronto recientemente, donde los brasileños se colgaron 141 medallas y el país quedó en el tercer puesto del medallero, por detrás de Estados Unidos y Canadá.
La gran mayoría de ellos –121—recibieron ayudas del Ministerio de Deporte, ha recordado Leyser, que ha prometido que a pesar de los recortes que dicta la nueva era de austeridad inaugurada por el Gobierno no habrá disminución de recursos para el programa Bolsa Atleta, que financia a los deportistas por un plazo máximo de un año.
A falta de un año para los Juegos Olímpicos los brasileños, más pendientes del fútbol de que de cualquier otro deporte, empiezan a familiarizarse poco a poco con los atletas que pueden triunfar en casa: Thiago Pereira (natación), Arthur Zanetti (gimnasia artística) Isaias Queiroz (canoa) y Tiago Camilo (judo), son solo algunos de ellos, igual que el veterano regatista Robert Schedit, mayor medallista olímpico brasileño, con cinco medallas en cinco ediciones de los JJOO.
