Subrayó que el rechazo al carbón de Donbás afectará ante todo a la población más humilde y advirtió que los ucranianos "realmente pueden helarse".
Además indicó que aunque Kiev baraja comprar carbón de otras regiones como África, es poco probable que pueda usarlo en las centrales térmicas ucranianas, puesto que no todas son adecuadas por el tipo de carbón que hay en el extranjero.
Anteriormente el primer ministro de Ucrania, Arseni Yatseniuk, caracterizó la situación en el sector energético como crítica y reconoció que el Ministerio de Energía y las compañías energéticas no están listas para proveer calefacción y energía a la población el invierno que viene.
Debido al conflicto en Donbás, Ucrania ha perdido la mayoría de las minas, las más rentables se encuentran en el territorio que Kiev no controla y las que le han quedado extraen un carbón de baja calidad, por lo que las autoridades ucranianas se ven obligadas a importar este combustible.
Según el líder del Sindicato Independiente de los Trabajadores de Minería de Ucrania, Mijaíl Volinets, el volumen de carbón de reserva está solo al 50%, por lo que durante la temporada de otoño e invierno escaseará la energía eléctrica y la calefacción en las ciudades, hecho que podrá provocar que dejen de funcionar en las localidades los organismos administrativos y las empresas.