El porcentaje ha subido considerablemente desde 2012, la última vez que se hizo una encuesta similar, ya que entonces el 48% de los entrevistados confesaron tener ese temor, aunque en aquella ocasión se preguntó a vecinos de ciudades más pequeñas, a partir de 15.000 habitantes.
Según el vicepresidente del Foro, el profesor de la Fundación Getúlio Vargas Renato Sérgio de Lima, la población siente que a va ser víctima "o del criminal o de la propia Policía", por lo que hay que revisar profundamente las políticas de Estado en materia de seguridad.
El estudio detalla que la mayoría de los que tienen miedo de la PM son jóvenes, pobres, afrodescendientes y habitantes de los Estados del noreste, algo que se explica porque, según los expertos, en los últimos quince años las altas tasas de homicidios han migrado de las grandes ciudades del sureste hacia las regiones más pobres del norte de Brasil.
El informe también apunta que el 52% de la población tiene algún pariente o conocido que murió víctima de homicidio y que un 81% de los brasileños temen morir asesinados, especialmente los afrodescendientes y las mujeres, cuando hace tres años ese porcentaje era del 65%.
La sensación de indefensión ante la Policía también es muy fuerte en Río de Janeiro, especialmente entre los habitantes de las favelas, que en muchos casos conviven con agentes de las Unidades de Policía Pacificadora (UPP) que se extralimitan en sus funciones y actúan con total impunidad.
El caso más polémico en los últimos meses es el del niño Eduardo de Jesus Ferreira, que el pasado mes de abril murió por los disparos de un policía militar cuando jugaba enfrente de su casa en el Complexo do Alemão, uno de los barrios más peligrosos de Río.
Su muerte desató una ola de indignación, y este caso, sumado a muchos otros, ha llevado a Amnistía Internacional a elaborar el informe "Usted mató a mi hijo: Homicidios cometidos por la Policía Militar en la ciudad de Río de Janeiro", que presentará en público el próximo lunes.
