"Podrían tener lugar algunos excesos (…) Nos espera un periodo de una dura retórica recíproca, pero creo que el asunto no llegará a un choque armado directo entre las autoridades y Pravy Sektor, es que a nadie le conviene. En esa guerra no habrían vencedores", sostuvo Bortnik en declaraciones a RIA Novosti.
Además el viernes pasado dijo que había llegado la hora de hablar de la dimisión del presidente Petró Poroshenko, el Gobierno y la disolución del Parlamento.
Las discrepancias entre el movimiento de ultraderecha y el Gobierno comenzaron después del tiroteo que protagonizaron el 11 de julio los miembros del grupo con la policía en la ciudad de Mukáchevo, cerca de la frontera con Hungría.
Bortnik ha calificado como "irreal" la idea de los nacionalistas de llevar a cabo un referéndum.
"Para Pravy Sektor esto es un instrumento de presión política sobre las actuales autoridades. Dudo de que detrás de esta declaración haya un plan de acción concreto. Lo más probable es que Pravy Sektor trate de diseñar una campaña propagandística a partir de estas declaraciones", opina el experto.
El politólogo descarta que las autoridades apuesten por un conflicto con el grupo radical, en particular en lo que se refiere a su disolución.
"Un conflicto abierto con Pravy Sektor desencadenaría una crisis política e incluso militar en el país (…) Lo más probable es que lleguen a un compromiso. El presidente Petró Poroshenko hará concesiones a Dmitri Yárosh y a Pravy Sektor. Y ahora precisamente negocian la magnitud de estas concesiones", señaló.
En abril del mismo año el movimiento radical tomó parte en el aplastamiento de las protestas que estallaron en las provincias de Donetsk y Lugansk, en el este del país, por el cambio violento del poder.
Rusia incluyó a Pravy Sektor en enero de 2015 en la lista de organizaciones prohibidas y abrió un expediente penal contra su líder, Dmitri Yárosh, por incitar a la actividad terrorista.