Dos otros monjes recibieron seis meses de pena condicional, ya que las leyes vietnamitas prohíben totalmente el juego de cartas.
La policía detuvo a los jugadores en un monasterio budista de la provincia de Da Nang.
El monje condenado a la pena real ya había sido sentenciado a tres años de prisión por el comercio de drogas.
Al terminar la pena, el delincuente planea volver al monasterio, como la vez pasada, señala el periódico.