"Quiero subrayar que, sin duda, el aporte principal, decisivo e incuestionable lo hicieron los negociadores de EEUU", dijo.
Sin el enfoque de EEUU en el resultado, agregó, "este acuerdo no habría sido posible".
Lavrov señaló que Rusia contribuyó al proceso de manera más activa "a través de tanto presentar definitivas resoluciones tecnológicas como solucucionar complicados asuntos políticos".
Los países anfitriones, Austria, Suiza y Kazajistán, también jugaron un papel muy importante, y "ayudaron a crear ciertas condiciones para que todo terminara tal y como terminó", indicó el canciller.
Destacó igualmente que el acuerdo fomentará la no proliferación y reducirá la tensión en la región.
"Sin duda, este acuerdo ha reforzado la no proliferación nuclear y desde luego debe reducir en gran medida la tensión en esta región muy complicada", dijo.
Según Lavrov, el acuerdo pretende ayudar a encontrar un terreno común entre los habitantes de la región, los iraníes, los árabes y los israelíes.
Además el ministro indicó que el histórico acuerdo fomentó requisitos para que se ponga en práctica la iniciativa aprobada ya en 2010 sobre creación de una zona libre de armas nucleares en Oriente Medio y que, subrayó Lavrov, aún no se ha cumplido.
Irán y el G5+1 (Reino Unido, China, Francia, Rusia, EEUU y Alemania) lograron el 14 de julio un acuerdo sobre el programa nuclear iraní que permite a Teherán continuar su programa atómico con fines civiles, y a cambio Washington y sus aliados levantarán las sanciones que pesan en su contra desde 2006 y que afectan, en particular, a las exportaciones de petróleo y al sistema financiero.