El parlamentario Oleg Mijéev, del partido Rusia Justa, redactó una enmienda al Código de Infracciones Administrativas que prevé multas para los clientes de prostitutas en función de su estado civil.
Así, recurrir a los servicios de una prostituta costaría una multa de entre 1.500 y 2.000 rublos (de $26 a $35) a un hombre soltero y una multa de hasta 5.000 rublos ($88) o 40 horas de trabajos sociales a un casado.
El diputado argumenta que medidas similares están puestas en marcha en varios países del mundo.
"En Suecia, las multas para los clientes de prostitutas están en vigor desde 1999, lo que ha permitido reducir a la mitad el número de mujeres que ejercen este oficio; Noruega aprobó una norma similar que incluso prevé penas de hasta seis meses de prisión", comentó Mijéev a Izvestia.
Según el legislador ruso, multar a los clientes de prostíbulos contribuiría a debilitar la base económica de este negocio ilegal.