El terrorista, al pasar en auto cerca de una oficina del Servicio de Seguridad, accionó un explosivo, dando muerte a una persona e hiriendo a otras cuatro, que fueron hospitalizadas.
Anteriormente, una explosión se produjo cerca de la aldea de Sabon Gari, situada a 110 kilómetros de Maiduguri, ocasionando cuatro víctimas mortales.
El martes pasado, en Zaria, en el noroeste del país, 25 nigerianos murieron y más de 30 resultaron heridos a raíz de un atentado.
El lunes, un doble atentado cometido en Jos, en la parte central del país, se cobró 50 vidas.
Todos estos actos bárbaros se atribuyen al grupo extremista Boko Haram, que durante la última semana mató a más de 300 personas en total.
Boko Haram, que juró lealtad al yihadista Estado Islámico, lleva cinco años librando una guerra insurgente con el fin de establecer un Estado islámico en el noreste de Nigeria y está detrás de la mayoría de los atentados que se cometen en el país.
El grupo exige erradicar el modelo occidental de la enseñanza en imponer la ley islámica, la sharia.
Más de 13.000 personas murieron desde 2009 por sus ataques regulares y más de 1,5 millones se vieron obligados a abandonar sus hogares.
