La sentencia, divulgada este miércoles en portales especializados en derecho de Brasil ya que sienta un precedente en el país, rechazó los procedimientos aplicados al joven vecino de la favela de Chapéu Mangueira, frente a la playa de Copacabana en Río de Janeiro, cuando fue detenido el 24 de diciembre de 2013 por agentes de la UPP mientras escuchaba el llamado "funk proibidão".
Este estilo de música, típico de las favelas cariocas y nacido en la década de los noventa, se comercializa de manera clandestina caracterizándose por sus versos contrarios a la acción de la Policía Militar en los suburbios de la ciudad y suele contener menciones explícitas a ajusticiamientos a policías o al control de estos barrios por parte de las facciones de narcotraficantes como el Comando Vermelho, la mayor organización criminal del país, de ahí su apelativo de "proibidão", que se traduce como "muy prohibido".
En el momento de su detención, los versos de la canción hacían una referencia explícita a los disparos del fusil de fabricación brasileña FAL que recibirían los agentes de la UPP de la comunidad, por ello tras ser registrado y reconocer que el equipo que reproducía la música a todo volumen era suyo, el joven fue detenido y denunciado por el Ministerio Público de la ciudad proponiendo una multa económica para evitar la prisión.
"Después de haber sido invadidos y de que su territorio haya sido controlado por las UPP, ahora se pretende el control de sus corazones y mentes", sentenció el juez Ramos quien opinió que "el funk proibidão representa la redención de un lugar que habla lo que debería permanecer el silencio" y que, según él, es el nuevo "discurso de los excluidos".
Justificando su decisión, el juez recordó antes de archivar el caso que el famoso cantante de bossa nova 'Chico' Buarque de Hollanda, pudo ser considerado como subversivo durante el periodo de la Dictadura Militar de Brasil (1964-1985) lo que le llevó a lanzar su música bajo el seudónimo de Julinho de Adelaide.
