Las refinerías locales adquieren una media de 1,8 millones de barriles de crudo y condensados, mientras que se exportan 1,05 millones de barriles diarios (mbd).
Según el boletín mensual de la OPEP publicado el 10 de junio, Teherán produjo en marzo 2,7 mbd, en abril 2,84 mbd y en mayo mantuvo ese mismo volumen.
Con el nivel de extracción en mayo Irán se puso por delante de los Emiratos (2,83 mbd) que antes ocupaba el tercer lugar en el cártel detrás de Arabia Saudí (10,1 mbd) e Irak (3,8 mbd).
Este año el barril iraní cuesta en promedio 52,98 dólares, casi la mitad de su valor en 2014, cuando el precio era de 104,72 dólares.
Irán posee las mayores reservas de gas del mundo, las cuartas reservas de petróleo y planea aumentar su producción petrolífera hasta los cinco millones de barriles diarios para finales de esta década.
Teherán pretende recuperar su nivel de participación en el mercado petrolero tras el levantamiento de las restricciones que le impusieron por su programa nuclear.
El país actualmente negocia un pacto con el Grupo 5+1 (conformado por China, EEUU, Francia, Gran Bretaña y Rusia más Alemania) para poner fin a ese embargo.