Con solo cinco meses en el poder a Tsipras le faltaron tiempo y recursos para negociar con La Unión Europea y para aplicar las reformas estructurales y fiscales que tanto necesita el país heleno para modernizarse.
El 'no' de Grecia no ha sido contra Europa, sino contra los dirigentes que han aplicado unas medidas económicas que han empobrecido a la sociedad y han disparado las desigualdades tanto en Grecia, como en España, los dos países con mayor índice de desempleo de Europa y con una juventud, la mejor formada de su historia, a exiliarse para buscar un futuro mejor.
Los datos corroboran el desolador panorama griego: una caída del 25% del PIB, un desempleo juvenil que llega al 60% y unas pensiones de 300 euros.
A pesar de las amenazas esgrimidas estos días, Grecia no saldrá del euro porque no existe en la Unión Europa mecanismo legal que contemple esta medida.
El Greexit sería, además, un fracaso histórico mucho más político que económico, por ser la primera vez que Europa da un paso atrás que debilitaría el proyecto integrador y la moneda común.
Tema: Posible salida de Grecia de la Eurozona
Por delante quedan muchas incógnitas a la espera de la reacción de Bruselas a la voluntad popular de unos griegos que han demostrado una gran valentía frente al corralito que han vivido esta semana.
Por delante queda también el debate de la cómo se va a pagar la inmensa deuda que Grecia tiene con sus acreedores, fundamentalmente Alemania y Francia.
Una deuda que, según el Comité de la Verdad de la Deuda Pública Griega, es “ilegal, ilegítima, odiosa e insostenible”. “Sólo el 10% de la deuda fue empleada para utilidad de los griegos” explica el economista Daniel Albarracín, miembro de este comité a esta agencia.
Según el informe realizado por el comité, “entre el 70 y el 90% de las deuda griega puede ser susceptible de impago o de exigencia de reestructuración”.
Según los analistas consultados por Sputnik con motivo de la crisis griega, estos últimos cinco años los bancos alemanes y franceses han practicado políticas suicidas al prestar dinero en condiciones que cualquier economista hubiera denunciado, ya que los riesgos se evaluaron de una manera absurda e incorrecta.
Poco se ha hablado también en esta larga crisis del peso de la industria militar porque Grecia ha sido un formidable negocio para los fabricantes de armas.
La élite política corrupta europea y griega han actuado en connivencia con los fabricantes de armas llevándose comisiones y garantizándose situaciones privilegiadas gracias a un país con uno de los gastos militares más elevados de la Unión Europea, un 4% del PIB.
El premio Nobel de Economía y expresidente del Consejo de Asesores Económicos del expresidente norteamericano Bill Clinton en la Casa Blanca, Joseph Stiglitz, denunció, en su última columna previa al referéndum, que “Europa ataca a la democracia griega” porque “la verdadera naturaleza de la disputa sobre la deuda es mucho más sobre el poder y la democracia que sobre el dinero y la economía”.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK
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