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Sin embargo, el 73% de los encuestados ampliarían la pena de prisión a todo tipo de delito y un 26%, incluso, reducirían la edad penal hasta los 13 o 15 años y un 11% plantearía reducirla hasta los 12 años de edad, síntoma evidente de la crisis de inseguridad que atraviesa el país y la sensación de ineficiencia del existente Estatuto del Niño y el Adolescente (ECA, por sus siglas en portugués).
Entre todas las propuestas analizadas por la comisión especial del Congreso, el texto presentado por la diputada del Partido Republicano (PR), Laerte Bessa, que establece la reducción penal solamente en crímenes de homicidio, intento de homicidio y violación, fue aprobado el pasado miércoles a pesar de la oposición de los miembros del Partido de los Trabajadores (PT) y gobierno.
Al tratarse de una reforma de la Constitución de 1988, el texto de la PEC171/1993 deberá ser ratificado por el pleno de la Cámara baja, con un mínimo de 308 votos a favor, y, posteriormente, en el Senado Federal, algo que podría agilizarse enormemente debido al pacto mayoritario entre el Partido de la Social Democracia de Brasil (PSDB) y el Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB).
