"Las preocupaciones consisten en que la inestabilidad económica duradera, que puede terminar en un default, incrementará la animadversión política de los electores griegos contra el resto de Europa, lo cual permitirá a Rusia incrementar su influencia en ese país", señala el rotativo.
Según Financial Times, mientras Washington trata de unir el frente occidental buscando apoyo para las sanciones contra Rusia, el impago griego puede dar a Moscú la oportunidad de separar a los aliados norteamericanos en Europa.
Sebastian Mallaby, especialista del Consejo de Relaciones Internacionales norteamericano, citado por la publicación, señaló que esta situación se convertiría en un "regalo geopolítico" para Rusia.
La visita del primer ministro griego, Alexis Tsipras, a San Petersburgo, donde se celebró el Foro Económico, mostró las "relaciones políticas" existentes entre el Gobierno griego y Vladímir Putin, así como mostró la disposición de la nación helena a dirigirse a Moscú en los momentos en que las divergencias con los acreedores se incrementan.
El periódico señala que durante varios meses la administración del presidente norteamericano Barack Obama se dirigió a Alemania y otros miembros de la UE con la solicitud encarecida de hallar una solución al problema griego.