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Crisis de refugiados tiene viejos y nuevos rostros en América Latina

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La crisis humanitaria de Colombia, con seis millones de personas que huyeron de sus hogares por la guerra, tiene dimensiones similares a la de Siria, con 7,6 millones de desplazados internos, pero permanece ignorada mientras el mundo vive la peor ola de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial, según fuentes consultadas por Sputnik Nóvosti.

Colombia suma seis millones de desplazados internos y solo en 2014 se desplazaron por primera vez 137.000 personas más, indica un informe publicado el jueves 18 por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), en vísperas del día internacional que se observa este sábado 20.

El organismo especializado da cuenta de 59,5 millones de personas que huyeron de sus hogares por guerras, conflictos y persecución en todo el mundo, "el nivel más elevado jamás registrado por el ACNUR" y que "sigue aumentando de manera acelerada".

El mayor aceleramiento se produjo a partir de 2011, cuando estalló el conflicto en Siria, con "7,6 millones de desplazados internos y 3,88 millones de personas refugiadas en la región y más allá", observa el ACNUR.

"Cuando ves estos números tiendes a pensar que la situación en América Latina no es alarmante", dijo a Sputnik Nóvosti la directora adjunta de Investigación para las Américas de Amnistía Internacional, Carolina Jiménez.

La guerra en Colombia, "de la que se habla muy poco en términos de desplazamiento y refugio, ha dejado números que solo son superados por Siria, si bien estamos hablando de una crisis prolongada, cuando en Siria esos números se alcanzaron en un período mucho menor", observó.

Por eso, estima la experta, "la actitud de la comunidad internacional tiene que repensarse para dar respuesta a esta situación".

Este aspecto queda de manifiesto en la cifra de refugiados colombianos en países vecinos, que llegó a 360.300, según el ACNUR, cuando estimaciones no gubernamentales hablan de entre uno y dos millones de personas que huyeron de la guerra cruzando la frontera.

Las respuestas de los vecinos son "tibias", según Jiménez: las comunidades colombianas se desplazan con cierta facilidad hacia países vecinos; pero, una vez en Ecuador, Venezuela o Panamá, "los procedimientos para solicitar refugio son burocráticos, ineficientes y hacen que las personas permanezcan, pero sin acceder a los derechos de un refugiado formalmente reconocido", sostuvo.

Muchas de esas personas son refugiadas de facto, pero "sin ningún apoyo ni protección", indicó.

Otro foco rojo: América Central y México

Mientras la crisis colombiana comenzó en 1964, el nuevo rostro de los refugiados y desplazados latinoamericanos está ahora en tres países de América Central con graves olas de violencia interna: Guatemala, Honduras y El Salvador.

"Si bien estos países no viven hoy un conflicto armado interno en el sentido tradicional, sí tienen graves crisis de violencia que generan nuevos patrones de desplazamiento en la región", explicó Jiménez.

La inmensa mayoría de las personas que escapan intentan cruzar el territorio mexicano para llegar a la frontera con Estados Unidos.

Las cifras de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados muestran que entre 2009 y 2013 recibió menos de 5.000 solicitudes y rechazó 75% de ellas, "lo que muestra que muy pocas personas con necesidad de protección la solicitan en México y que, entre quienes sí lo hacen, "poquísimas tienen probabilidad de recibir una respuesta afirmativa", opinó Jiménez.

En el marco de la llegada de niños inmigrantes, Estados Unidos está obligado por ley a mantenerlos en su territorio mientras se inicia un trámite y se determina si tienen condiciones para ser refugiados.

Siria se siente en Amércia del Sur

La crisis de Siria también reverbera en América del Sur, particularmente en Brasil, que ha acogido a 1.600 refugiados de ese país, el mayor grupo nacional en un total de 7.600 personas de 80 nacionalidades, según ACNUR.

Brasil acoge a todo sirio que ingrese a su territorio. Pero el viaje debe costeárselo cada uno y el apoyo que recibe al llegar procede fundamentalmente de organizaciones no gubernamentales y de la comunidad sirio-libanesa local.

En cambio, Uruguay decidió en 2014 lanzar un plan integral de reasentamiento de refugiados sirios, que incluye el costo del viaje y la vivienda, atención de salud, educación y demás necesidades básicas por dos años.

En octubre del año pasado llegaron cinco familias de 43 integrantes y un contingente de 72 personas se espera para el mismo mes de este año.

Este es el reasentamiento al que tienen derecho los refugiados una vez se les otorga ese estatus y no pueden retornar a sus países de origen, explicó a Sputnik Nóvosti Belela Herrera, funcionaria del ACNUR durante varias décadas y vicecanciller de Uruguay entre 2005 y 2008.

En su opinión, el reasentamiento se aplica al caso de los seis refugiados árabes –cuatro sirios, un palestino y un tunecino— que pasaron 12 años encerrados en la prisión militar estadounidense de Guantánamo y fueron acogidos por Uruguay en diciembre.

"Ellos estaban en un tercer país, no como refugiados sino como presos, pero no podían quedarse allí y tampoco podían volver a sus países" por razones obvias de seguridad, "y entonces fueron reasentados en Uruguay", argumentó Herrera. Además, "la repatriación debe ser voluntaria y libremente consentida", añadió.

Es muy probable que América Latina comience a recibir más refugiados "de Siria, Afganistán o Sudán del Sur" si continúan esas crisis humanitarias "y Europa no asume la responsabilidad que le toca", consideró Jiménez.

"Una persona refugiada es sobre todo una persona desesperada por sentir protección después de una pérdida tan grande como es la de tu hogar, probablemente de algún familiar cercano y de todo lo que tú has conocido, que es tu raíz", manifestó.

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