"El presidente Juncker hizo un último intento de lograr un acuerdo con el primer ministro Tsipras, que hubiese permitido obtener una valoración positiva antes del Eurogrupo del 18 de junio", señaló Schinas.
Según el portavoz de la CE, su papel consistía en "crear las condiciones para una solución unánime entre Grecia y los acreedores".
A su vez, el ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis dijo en una entrevista a Bild que "Grecia está en crisis y parece que es un estado fallido pero (…) necesitamos solo algunos meses para (lograr) cambios con la condición de que haya un consenso razonable con los acreedores".
Indicó que Grecia después de eso dejará de ser un problema para el resto de Europa.
"Alemania y otros países de la eurozona nos dieron ya demasiado dinero y no queremos ni un centavo más para pagar salarios, pensiones y deudas", señaló Varoufakis.
Al mismo tiempo, el ministro heleno afirmó que no puede descartar la salida de Grecia de la Unión Europea "como una solución razonable".
"Nadie lo puede descartar (…) pero sé que (canciller alemana Angela) Merkel, mi colega Wolfgang Schäuble (titular de Finanzas alemán), yo y todos los líderes europeos llevamos la responsabilidad por nuestros pueblos y debemos evitar una desgracia", señaló.
Según Varoufakis, ligar el pago de la deuda a los indicadores del desarrollo económico y recalcular su cuantía, son los objetivos principales de Atenas en las conversaciones con los acreedores internacionales.
Además recalcó que se necesita prolongar el plazo de pagos.
Grecia lleva a cabo conversaciones con la UE y el FMI sobre la reestructuración de la deuda de más de 240.000 millones de euros, originada tras el rescate del presupuesto griego del impago en 2010 y 2012.
Los pronósticos de los acreedores de que las medidas económicas de austeridad permitirían a Grecia pagar sus deudas no se justificaron.
El Gobierno de izquierda del partido Syriza que asumió el poder en enero insistió en nuevos diálogos con los acreedores.
Sin embargo, se dilata el logro de un acuerdo, lo que a la larga, según los expertos, llevaría a Grecia a una nueva suspensión de pagos.
