El cálculo se realizó en base a una cotización de 1 dólar = 3,07896 reales, y mostró la reincidencia de productos conocidos como "villanos de la inflación" por los economistas de Brasil, especialmente el tomate, cuyo precio aumentó un 21,38% solamente en el mes de mayo, contribuyendo notablemente a la subida del precio de los alimentos de un 1,37% en el último mes.
Sin embargo, y a pesar de resultar la ciudad más cara de Brasil junto a Sao Paulo, el precio del carro Sputnik en Río de Janeiro se mantiene un 25% más barato que el carro de la compra de Montevideo (Uruguay), con 28 dólares, y un 40% más barato que el carro de la compra de Santiago de Chile, con 35 dólares de coste total.
La responsable del cálculo oficial del Gobierno de Brasil para la inflación, que este miércoles se situó en el 8,47%, explicó a Sputnik Nóvosti que "el aumento de la inflación que registró en el mes de mayo la economía brasileña (0,74%) vino en gran parte dado por el encarecimiento de los productos alimenticios básicos".
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"Por desgracia han vuelto a aparecer en escena productos típicamente asociados a la inflación, como el tomate, que sufre periódicamente los efectos de las plagas, aunque cabe destacar el fuerte aumento del precio de la carne impulsado por la buena marcha de las exportaciones y la desvalorización del real frente al dólar", dijo la Coordinadora del Índice de Precios del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), Eulina Nunes.
Una cuestión importante, según Patricia Costa, responsable del cálculo de la canasta básica del Departamento Intersindical de Estadística y Estudios Socieconómicos (DIEESE), es que "en las regiones sur y sudeste de Brasil las personas consumen entre 6 y 6,6 kilogramos de carne por mes mientras que en el norte y nordeste apenas se alcanzan los 4 kilogramos".
En este sentido, Eulina Nunes recordó que "la fuerte demanda de China y Rusia en el sector cárnico ha hecho que los ganaderos de Brasil prefieran exportar sus productos antes que abastecer al propio mercado brasileño, eso ha provocado una reducción de la oferta interna y un claro aumento de los precios".
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Según el estudio publicado este martes por el DIEESE, los brasileños cuyo salario se sitúe en torno al salario mínimo, estipulado en 788 reales (256 dólares) en 2015, necesitan una media de 98 horas y 44 minutos mensuales para llenar la canasta básica calculada por el Gobierno y que, en ciudades como Sao Paulo, el precio de ésta se dispara hasta los 130,8 dólares y la necesidad de trabajar 112 horas y 15 minutos.