En concreto, los parlamentarios, entre ellos el diputado del Partido la Social Democracia de Brasil (PSDB), Joao Campos, y el líder del Partido Trabajista Nacional (PTN), Rodrigo Delmasso, ambos de confesión evangélica, exigen que la Justicia de Sao Paulo investigue si existió el delito de injuria a la religión durante la "performance" con la que la actriz transexual, Viviany Beleboni, de 26 años, representó, según ella, "el dolor que siente la comunidad en el país" utilizando para ello la analogía de la imagen de Cristo siendo martirizado en la cruz.
Una imagen impactante que acompañó el desfile de dos millones de personas en la ciudad, el mayor del mundo, y que según el diputado Delmasso constituye "una falta de respeto a la imagen de Jesucristo y a los pilares básicos de la Iglesia Cristiana" y "una promoción de la intolerancia religiosa".
Por su parte, Beleboni declaró al diario brasileño "O Globo" haber recibido numerosas amenazas de muerte desde el pasado domingo: "Dicen cosas absurdas: que debo morir, ser crucificada de verdad, contraer cáncer. Me desperté hoy con una llamada anónima diciendo que voy a morir".
En declaraciones a Sputnik Nóvosti, el Secretario de Comunicación de la Asociación Brasileña de Gays, Lesbianas, Bisexuales, Travestis y Transexuales (ABGLT), Leo Mendes, recordó que Brasil "lidera desde hace años el ranking mundial de muertes contra transexuales" y citó el informe de la ONG Transgender Europe que señaló 486 muertes violentas de travestis y transexuales en Brasil entre 2008 y 2013.
Por último, el presidente de la Asociación del Desfile LGBT de Sao Paulo, Fernando Quaresma, quiso echar más leña al asunto al recordar que, pese al apoyo de casi 400.000 dólares por parte del gobierno de Dilma Rousseff a través de la Caixa Económica Federal, "desde 2011 Rousseff nunca apareció, ya fue a actos religiosos pero nunca compareció en el desfile que es el mayor del mundo".