El periódico cita a la gobernadora adjunta del Banco Central ruso, Olga Skorobogátova, que ha anunciado además la conclusión exitosa de la transferencia del procesamiento de todos pagos realizados mediante Visa y MasterCard al Centro Nacional ruso de Tarjetas de Pago (NSPK), una medida impulsada a raíz de las sanciones occidentales.
"De esta manera, la primera etapa ha concluido", dijo Skorobogátova en la gala donde se condecoró al ganador del concurso nacional del nombre y el logo de la nueva tarjeta.
La segunda etapa comenzará con la emisión de la "Mir" que, según Skorobogátova, arrancará en diciembre próximo. El Banco Central ya tiene pactados acuerdos correspondientes con una decena de bancos rusos, incluidos algunos que figuran en las listas de sanciones occidentales.
La introducción de la nueva tarjeta no significa una renuncia a Visa y MasterCard, sistemas de pago internacionales que juntas controlan la aplastante mayoría de los 210 millones de tarjetas bancarias en Rusia.
Sin embargo, las autoridades rusas confían en que la primera tarjeta nacional llegue a ocupar un día entre el 30% y el 40% del mercado, sobre todo gracias a unas tarifas de servicio más atractivos para los bancos rusos y a los programas de fidelidad del cliente, por ejemplo descuentos a la hora de pagar las compras en una tienda determinada.
La mayor desventaja de la nueva tarjeta consiste en que podrá emplearse solo en territorio ruso, por lo menos en la etapa inicial.
No obstante, el Banco Central confía en que en los próximos años la "Mir" se expanda a los mercados internacionales, primero el de la Unión Económica Euroasiática (Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán y Rusia) y después, según Skorobogátova, también al espacio de los BRICS.
