El eurodiputado renunció al liderazgo de UKIP el pasado viernes para recuperarlo cuatro días después en respuesta a la decisión "unánime" de la Ejecutiva del partido, que rechazó su dimisión el lunes.
Esta extraordinaria vuelta de tuerca provocó una guerra civil interna entre los opuestos y los partidarios a seguir confiando en las dotes de mando y la visión de futuro de Farage.
"Hay una persona dentro de UKIP que está maniobrando por un cambio y una elección de liderazgo pero no tiene el valor de dar la cara y debe decidir si su futuro está o no está con UKIP", retó hoy el todavía líder en declaraciones a la cadena SKY.
En una posterior entrevista con la BBC, Farage echó la culpa de las rencillas post-electorales a "dos o tres personas" de su formación y al "lobby conservador que intenta desestabilizar a UKIP a través de uno o dos insatisfechos".
La dimisión de Farage se debió a su fracaso, por unos dos mil votos, en hacerse con el escaño de Thanet South, en el sureste de Inglaterra. Había prometido dejar las riendas si perdía y dimitió, hasta que la Ejecutiva le obligó a dar marcha atrás.
Su vuelta al ruedo desató la ira entre destacados miembros de UKIP. Patrick O'Flynn, eurodiputado y director de la campaña a las generales, acusó a Farage de "agresivo, gruñón y susceptible" y le recomendó unas largas vacaciones sin llegar a retar su continuidad en la dirección del partido.
La intervención pública de O'Flynn causó la dimisión de dos estrechos asesores de Farage, a quienes se responsabiliza de encauzar al UKIP por la vía estridente del Tea Party estadounidense.
Al mismo tiempo, Farage perdió otro pulso con el único diputado del UKIP, Douglas Carswell. El prófugo conservador —saltó de bando el año pasado- renunció a recoger los 3,5 millones de euros que le corresponden al partido por los casi 4 millones de votos obtenidos en las generales y los 400.000 euros anuales de financiación pública para sus tareas parlamentarias.
"Querían que contratase a 15 personas, pero yo no soy un senador de Estados Unidos y nuestro partido quiere ser diferente y será diferente. Cogeré el dinero que necesite, no cualquier cantidad porque esté disponible", dijo Carswell días atrás.
Farage confía en acallar las críticas internas y revalidad su autoridad.
"Todos los donantes principales me respaldan, la Ejecutiva nacional está unida, el líder de nuestro grupo en la Cámara de los Lores, el líder de nuestros eurodiputados, los comités de Escocia y Gales, los 47.000 afiliados de UKIP… nunca he tenido tanto apoyo", exclamó este viernes.
Y añadió: "Es difícil conseguir más apoyos de los que tengo. Incluso Patrick O'Flynn, que ha hecho comentarios personales que no son particularmente agradables, dijo que me respalda como líder al 100%".