"La sociedad ciudadana en principio rechaza los golpes de Estado, pero aplaudió el intento reciente en el país, el pueblo de Burundi necesita cambios", dijo uno de los líderes opositores, Vital Nshimirimana.
La oposición dispuso interrumpir las protestas porque en Buyumbura, capital del país, empezaron a dispararse armas pesadas, pero ahora ha vuelto a movilizar a los ciudadanos para reanudar las manifestaciones, explicó.
El miércoles pasado, el general de división Godefroid Niyombare anunció la creación de un Gobierno de transición y la destitución del presidente, que se encontraba de viaje oficial en el extranjero.
El jueves, sus partidarios afirmaron controlar buena parte de la capital, donde se produjeron combates en las calles.
Este viernes, el general anunció la capitulación de los partidarios del golpe de Estado, las autoridades informaron sobre la detención de al menos tres altos dirigentes de la intentona.
El presidente Nkurunziza volvió a Burundi y planea dirigir hoy viernes un mensaje a la nación.
Mientras, la portavoz de la Agencia de la ONU para los Refugiados, Karin de Gruijl, informó que más de 100.000 personas se han visto obligadas a marcharse de Burundi por los recientes enfrentamientos.
Más de 100.000 personas se fueron del país dirigiéndose a Tanzania (70.187), Ruanda (26.300) y a la República Democrática del Congo (9.183)”, dijo durante una reunión informativa.
Según Gruijl, “aunque el intento del golpe militar fue rechazado, la situación en la capital de Burundi, Buyumbura, sigue siendo tensa, con brotes periódicos de violencia”.
