"La decisión de separar el mercado energético de Ucrania de la infraestructura de energía de las regiones de Donetsk y Lugansk que no controla Kiev representa en realidad un paso hacia el reconocimiento de la independencia de las llamadas RPD y RPL", considera Korolchuk.
En opinión de Korolchuk, la energía eléctrica que consumen hoy los territorios que pretenden independizarse de Kiev tampoco estará vinculada a las autoridades ucranianas, lo que librará a estas últimas de la responsabilidad por la estabilidad energética de la región tanto en situaciones de emergencia que puedan darse como respecto al financiamiento directo de esos territorios.
Para Korolchuk, resulta imprescindible restablecer y estabilizar la colaboración de Ucrania con las empresas que se encuentran en las zonas que Kiev no controla, ya que "la lucha por Donbás mediante métodos económicos es la única posibilidad para Ucrania de recuperar esos territorios en el futuro".
Las autoridades de Kiev iniciaron en abril del año pasado una operación militar contra los independentistas del este del país que se negaron a reconocer el golpe de Estado de febrero de 2014.
El último documento, del 12 de febrero, estipula entre otras medidas el alto del fuego, la retirada de armas pesadas y la creación de una zona de seguridad, sin embargo, actualmente no se cumplen plenamente todos los puntos, sobre todo el relacionado con la tregua.
Los acuerdos prevén igualmente el establecimiento de un diálogo entre Kiev y los independentistas, la celebración de comicios en esos territorios y la introducción de cambios en la constitución ucraniana que les permitan otorgarles un estatus especial.
Como resultado del último encuentro del Grupo de Contacto el pasado 6 de mayo se han creado cuatro subgrupos que se dedicarán a las diferentes cuestiones relacionadas con la solución del conflicto; se espera que los mismos comenzarán su labor a mediados de este mes.