En concreto, la tasa de afectados por cada 100.000 habitantes se sitúa en 367,8 casos, es decir, un 22% por encima de la media establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que considera epidemia cualquier tasa por encima de los 300 casos por cada 100.000 habitantes, llegándose incluso a tasas de 1064,8 y 911,9 en los estados de Acre y Sao Paulo respectivamente, los más afectados por la epidemia.
Las Fuerzas Armadas de Brasil determinaron la semana pasada el despliegue de 800 soldados para ayudar en las labores de control y prevención del dengue en la ciudad de Sao Paulo, la más poblada de Brasil con una población cercana a los 21 millones en su área metropolitana, siendo los barios de la periferia, por su deficiente sistema de canalizaciones, los más propicios para la proliferación del mosquito causante del dengue.
Consultada por Sputnik Mundo, la asesoría de comunicación del Ministerio de Salud de Brasil confirmó una aportación extra de 50 millones de dólares a los estados y municipios del país para el combate al dengue que se suman a los 400 millones de dólares del Fondo Variable de Vigilancia en Salud, ademas, el Ministerio implementó al Plan Nacional de Contingencia de Dengue y Chikungunya para hacer frente a la epidemia en el país.
A pesar de que esta última enfermedad apenas tiene una presencia significativa en Brasil, en comparación con los países vecinos como Guyana o Venezuela, en lo que va de año se confirmaron 2.552 casos en los estados fronterizos de Amapá, Mato Grosso do Sul y Roraima, además del Distrito Federal y el estado de Bahía, este último el más alejado de las fronteras y que, por tanto, más preocupa a las autoridades del país que intentan averiguar la incidencia en el estado costero.
Trasmitidas por el mosquito Aedes Aegypti, ambas enfermedades comparten rasgos comunes aunque en el caso del Chikungunya los síntomas como el dolor articular y el cansancio son mucho más acusados y, por tanto, pueden llegar a producir la muerte en los casos más graves.
