La nueva experiencia gastronómica, ideada por los empresarios belgas Stefan Kerkhofs y David Ghysels, se realizará a borde de un vehículo futurista casi enteramente transparente y equipado con una cocina profesional y una mesa digital, que podrá acoger a hasta 16 comensales.
Según explica Ghysels, el restaurante "recogerá a los clientes donde estén y los trasladará adónde deseen para admirar un paisaje o un monumento, o llegar a un hotel o una oficina".
El proyecto se posiciona igualmente como ecológico, ya que el vehículo consumirá el 25% menos de combustible que los automóviles equivalentes; además, sus autores tienen como objetivo comenzar a usar un coche completamente eléctrico de diseño propio para 2020.
Kerkhofs y Ghysels dirigen con éxito desde 2006 el proyecto de restaurantes voladores Dinner in the Sky (Cena en el Cielo), cuyos clientes comen en una mesa suspendida a 50 metros de altura, y que están presentes en más de 50 países.