La protesta ha sido convocada por Occupy Democracy ('ocupación democrática'), una rama del movimiento similar a los indignados españoles, cuyos integrantes acamparon durante cuatro meses en el recinto exterior de la catedral de St. Paul, a partir del 15 de octubre de 2011.
Esta última acción pretende invadir durante diez días el rectángulo de hierba ubicado a dos pasos del famoso Big Ben, una zona favorita de turistas y también la más restringida y controlada de la capital británica para montar actos de protestas.
Furgonetas y efectivos policiales tomaron posiciones desde media tarde alrededor de la plaza para prevenir la instalación de tiendas de campaña u otros elementos donde los manifestantes puedan cobijarse de noche.
La pernoctación está prohibida en este césped donde se erigen estatuas de Mandela, Churchill y Gandhi, entre otras grandes figuras internacionales.
Los 'okupas' quieren convertir la plaza del Parlamento en un "espacio cívico" abierto a todos.
Ofrecen un extenso programa de actividades diarias, desde talleres educativos y charlas, a conciertos de música, representaciones teatrales y actuaciones de humoristas, además de "acciones directas pacíficas".
La concentración coincide con la campaña electoral al mismo Parlamento de Westminster, que concluye el 7 de mayo con la apertura de las urnas.
Los promotores de la protesta resaltan que la democracia es mucho más que "marcar con una cruz una casilla de la papeleta" y declaran su frustración con los manifiestos electorales de los principales partidos británicos, conservador y laborista.
Occupy protesta por el "número sin precedentes de personas sin hogar, de gente que tiene que depender de los bancos de comida para alimentar a sus familias y de los que sufren pobreza de carburante porque el precio del gas y la electricidad ha crecido ocho veces por encima que los sueldos".
"La situación será de pánico para la mayoría de residentes en Reino Unido si vuelve a renovarse la coalición entre conservadores y liberal-demócratas. Será el golpe de muerte del Estado de Bienestar", denunció a Sputnik Nóvosti el candidato parlamentario de Left Unity (Izquierda Unida), Simon Hardy.
El político critica a los laboristas por derrochar la oportunidad de "argumentar contra la austeridad" y advierte de que la voz de los pequeños partidos puede tener un peso significativo en el contexto post-electoral.
El sistema bipartidista, que los 'indignados' británicos quieren reformar, ha entrado en crisis en estos comicios cuyos resultados apuntan a un parlamento 'colgado', es decir, sin ningún partido con la mayoría de escaños.
Si los sondeos de intención de voto aciertan el 7 de mayo, la aritmética favorecerá a la izquierda política a la hora de formar un gobierno con el líder laborista, Ed Miliband, de primer ministro.
Miliband no quiere hablar de coaliciones de momento, pero podría gobernar en solitario y sin una mayoría en los Comunes con el apoyo de los nacionalistas escoceses y galeses, los Verdes e incluso Respect, el partido del ex laborista George Galloway.