"En absoluta confidencialidad, hace unas dos semanas, un tercer paciente recibió el corazón artificial denominado Carmat; la cirugía se realizó en el hospital europeo Georges Pompidou", escribe el rotativo.
Según los datos de Libération, la operación "concluyó con éxito, pero el período postoperatorio fue delicado".
En verano de 2014, un corazón artificial de 900 gramos (tres veces más pesado que el corazón humano) fue implantado en un hombre de 68 años que padecía obesidad.
Ocho meses después de la operación, el hombre recuperó su vida habitual e incluso volvió a montar en bicicleta.
La prótesis, diseñada por el profesor Alain Carpentier y producida por la empresa Carmat, es la que se parece más al órgano biológico hasta ahora y tiene una batería que debe ser recargada regularmente.