"Si antes bombardeaban almacenes de armas, víveres y combustible y campamentos militares, ahora solo lanzan ataques contra combatientes y armamento (de los hutíes) en zonas de combates en las gobernaciones de Adén, Lahij, Abyan, Taiz, Shabwa, Marib y Sadah", indicó a RIA Novosti.
Los bombardeos lanzados durante la primera operación, bautizada Tormenta de la Firmeza, era de tal intensidad que la onda expansiva hacía saltar los cristales en un radio de cuatro kilómetros, destacó.
En particular, varios cristales se rompieron en la sede de la embajada rusa en Saná, agregó.
Los rebeldes hutíes, que controlaban una zona pequeña en el norte de Yemen, lanzaron a principios del año una ofensiva a gran escala que culminó con la toma de la capital del país y obligó a huir al presidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi.
Los insurgentes exigen que la minoría chií a la que pertenecen tengan en Yemen los mismos derechos que la mayoría suní.
Además de Arabia Saudí y sus aliados, combaten contra los hutíes las tropas regulares leales a Hadi, diversos grupos tribales y la célula local de Al Qaeda.
Esta semana la coalición árabe anunció el fin de la operación militar Tormenta de la Firmeza, que duró casi un mes desde el 26 de marzo, y el inicio de una nueva, denominada Devolución de la Esperanza.
Según el Ministerio de Defensa saudí, la nueva misión tiene como objetivo "proteger a los civiles y luchar contra el terrorismo".
De acuerdo a la OMS, los bombardeos en Yemen se han cobrado ya la vida de al menos 767 personas, incluidos 115 menores, y han causado heridas a otras 2.906.