Según Ghandour, la oposición boicotea las elecciones porque no está apoyada por la gente y este hecho no influirá a la legitimidad de la votación.
El político mencionó que el nuevo Gobierno estará formado por los partidos que participan en las elecciones y recibieron el apoyo de los votantes.
Las elecciones sudanesas empezaron el 13 de abril, los ciudadanos eligen al presidente, los parlamentarios, así como los miembros de los consejos de provincias.
El favorito para ocupar la jefatura del Estado es el actual líder del país, Omar Hassan al Bashir con quien compiten otros 15 candidatos.
Al Bashir gobierna el país desde el golpe militar de 1989.
Los principales partidos de la oposición boicotean la cita electoral.
Occidente rehusó enviar observadores a los comicios sudaneses, según la Unión Europea, "las elecciones no darán un resultado fiable que sea legítimo a lo largo del país".
Los representantes de la Liga Árabe, de algunas organizaciones africanas y asiáticas y China, que está interesada económicamente en Sudán, controlan las elecciones, así como dos observadores rusos.
La votación se celebra en el marco de la lucha incesable de las tropas gubernamentales contra los rebeldes en la región de Darfur, el estado de Kordofán del Sur, la provincia del Nilo Azul, así como en el contexto de la crisis económica provocada por la pérdida del petrolífero sur del país.