"Irán no amenaza, se trata de un arma exclusivamente defensiva. Es más, teniendo en cuenta la situación, en especial en Yemen, (los sistemas S-300) son un factor disuasivo", indicó.
Putin subrayó que la decisión de levantar el embargo del suministro de sistemas de misiles antiaéreos S-300 a Irán no viola las sanciones internacionales que no se extienden al contrato de los S-300, firmado por Moscú en 2007 y cancelado en 2010.
"Si alguien teme que empecemos a levantar sanciones, tal vez no saben que el suministro de semejantes sistemas no figura en la lista de la ONU y cancelamos el contrato por iniciativa unilateral. La lista de sanciones seguirá siendo respetada", aseguró el presidente ruso.
También destacó que Teherán ha mostrado "gran flexibilidad" en las negociaciones con el Grupo 5+1 sobre el programa nuclear iraní.
"Vemos claramente que los socios iraníes demuestran una gran flexibilidad y un evidente deseo de llegar a un compromiso", dijo.
Y ahora, cuando ya se perciben importantes avances en esta dirección, puesto que se trata de ultimar detalles técnicos del acuerdo hasta el junio, Rusia no ve motivos para mantener el veto al suministro de los S-300 a Teherán, impuesto de manera unilateral.
Además, Putin recordó que la fabricación de los sistemas S-300 cuesta mucho dinero (900 millones de dólares) y nadie ha pagado esta suma a las empresas rusas.
A mismo tiempo, subrayó que a la hora de suministrar armas a Oriente Próximo, Moscú estudia detenidamente la situación en la región.
En este sentido, recordó que Rusia ha anulado algunos contratos al considerar que podrían desestabilizar la situación en la zona.
Con todo ello, indicó que Rusia no es el mayor suministrador de armas a Oriente Próximo.
“No somos el mayor proveedor de armas al Oriente Próximo. Estados Unidos suministra a esta región armas por sumas mucho más elevadas”, resaltó.
Previamente, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, expresó su gran disgusto por haber levantado Moscú la prohibición de suministrar a Irán los sistemas antiaéreos S-300.
A su juicio, "este paso solo acrecentará la agresión de Irán en la región y socavará la seguridad en Oriente Próximo".
El servicio de prensa del Kremlin informó anteriormente que el presidente Vladímir Putin iba a firmar un decreto que levanta la prohibición de entregar los S-300 a la república islámica.
En 2007, Moscú y Teherán firmaron un contrato de casi 800 millones de dólares para el suministro de 40 lanzaderas del sistema S-300PMU-1.
Tres años más tarde, el entonces presidente ruso, Dmitri Medvédev, canceló la transacción para no infringir las sanciones internacionales contra Irán, a lo que el país persa respondió con una demanda judicial.
