A pesar de los grandes números, cabe recordar que hace tan solo un mes, el pasado 15 de marzo, las manifestaciones convocadas por el mismo movimiento consiguió sacar a la calle a 2,3 millones de brasileños, por lo que el movimiento habría perdido un 72% de adhesión en tan solo un mes.
Esto explicaría por qué las manifestaciones prácticamente se limitaron a los estados y grandes ciudades en los que el Partido de los Trabajadores (PT) no obtuvo buenos resultados electorales en las presidenciales del pasado octubre, siendo la ciudad de Sao Paulo, feudo de la derecha del país, la responsable por el 40% de los manifestantes mientras que las manifestaciones fueron muy minoritarias en la región Nordeste del país.
En declaraciones al diario brasileño "O Globo", el coordinador del Movimiento Brasil Libre, Kim Kataguiri, de 19 años, argumentó que "muchas personas que estuvieron el día 15 pensaron que Dilma dimitiría al día siguiente, al ver que no fue así muchos desistieron de venir" y destacó que a pesar de haber perdido en seguimiento las protestas se triplicaron en el número de municipios respecto al 15 de marzo.